La Sinfonía:
Definición: Es una obra a gran escala para orquesta,
que por lo general se divide en cuatro o más secciones separadas llamadas
“movimientos”.
Historia: Entre 1730 y 1740 aproximadamente, la
Sinfonía o gran obra para orquesta, comienza a ser desarrollada en el norte de
Italia por Giovanni Battista Sammartini (1700-1775), primer compositor en
manifestar una actitud verdaderamente sinfónica, despejó la monotonía creada
por los vetustos elementos barrocos. Adoptó el tratamiento de matices delicados
y llenos de efectos, convirtiéndose en uno de los grandes precursores del
Estilo Clásico.
La Sinfonía Clásica aparece con la consolidación y
progresivo desarrollo de la Orquesta, que cada vez posee nuevos y mejores
instrumentos, se amplia la gama de matices y las combinaciones sonoras. Surge
en este momento la figura de un gran compositor checo, Johann Wenzel Stamitz,
quien dirige la mejor orquesta de su época, la Orquesta de Mannheim.
Este compositor introduce los efectos dinámicos de Crescendo
y Diminuendo, acentuaciones y sforzati, que antes se lograban
disminuyendo o aumentando la cantidad de los ejecutantes o no se utilizaban.
A finales del siglo VI, Isidoro de Sevilla (c.
560-636), definía con el nombre de Simphonía (consonancia) a la
música armónica con sonidos simultáneos graves y agudos con distancias
interválicas simples, es decir, de octava, cuarta y quinta; o compuestas,
o sea, octava-octava, octava-cuarta y octava quinta. Las demás relaciones eran
consideradas Diaphonía (disonancias), o sea, sonidos discordes o
no consonantes.
Más adelante, hacia el Barroco, este término
designaba todo tipo de música que requiriera un número variable de instrumentos
y en especial, se usaba para denominar al fragmento o pieza instrumental que
precedía y servía de introducción a un Oratorio, Cantata u Ópera, es
decir, era sinónimo de Obertura u 'Overtura' con tres movimientos o partes
introducidas o puestas de moda por Alessandro Scarlatti (Overtura o
Sinfonía Italiana barroca).
A partir del Clasicismo, SINFONÍA será una composición
musical orquestal como la forma sonata, dividida en cuatro partes, llamados Tiempos
o Movimientos, ordenados según un principio de contraste.
Su estructura general, frecuentemente se basará en el
esquema de la Sonata Bitemática: Hasta finales del Barroco, una
pieza se estructuraba con una única melodía o Tema. El
estilo clásico, en cambio, emplea dos temas, por lo general opuestos
por su carácter rítmico y melódico para que puedan confrontarse uno con el
otro, sin llegar a confundirse. La parte central o Desarrollo, yuxtapone,
superpone y mezcla estos dos temas que, luego son expuestos nuevamente, al
final de la pieza.
Por otra parte, también la Escuela de Viena,
con Georg Matthias Monn (1717-1750), organista de la Iglesia Kart
en Viena y compositor austriaco, cuya Sinfonía en Re Mayor (1740) se
caracteriza por poseer sus cuatro movimientos, incluido
el Minué, del tercer movimiento, que se convierte en
característico del clasicismo; cultiva con éxito la nueva forma musical
orquestal.
De Viena y de la Baja Austria, saldrán múltiples figuras de
la composición musical, entre ellos, Karl Ditters, Franz
Joseph Haydn, Wolfgang Amadeus Mozart, Ignaz Joseph
Pleyel y muchos más.
Con la Sinfonía nace y se desarrolla también, el Arte
de la Instrumentación ya que la presencia de cada instrumento no será
indiferente ni ocasional, sino significativa para el compositor y para la obra.
A la agrupación de instrumentos para los cuales se escribían
estas novedosas obras se la llamó: Orquesta Sinfónica, por estar
destinada a tocar estas Sinfonías, cada vez más numerosas e
interesantes.
Algunos compositores:
Franz Joseph Haydn (1732-1809)
Es autor de una vasta producción musical que comprende
música de cámara, sinfónica y vocal, tanto religiosa como profana.
No sólo es importante la gran cantidad de Sinfonías que
compuso sino su gran capacidad compositiva, la inspiración siempre renovada y
las conquistas formales que de él hicieron el verdadero Padre del género
sinfónico. Se conservan sus numerosas Sinfonías, razón por la cual
tradicionalmente, se le ha venido llamando El padre de la Sinfonía.
Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791)
Escribió 41 Sinfonías, desde 1764 varias de las
cuales son verdaderos monumentos del género (en especial, las tres últimas
grandes: 39 en Mi bemol Mayor, KV.543; 40 en Sol menor, KV.550; y
41 en Do Mayor, KV.551 Júpiter).
Juntos, Haydn y Mozart establecieron los estándares de
la estructura de la sinfonía clásica en cuatro movimientos. Esta estructura
incluía un vivaz primer movimiento en forma sonata (a veces precedido por una
lenta introducción), un segundo movimiento más lento, más lírico, un movimiento
en minuet, y un último movimiento rápido.
Ludwig van Beethoven (1770-1827)
Mantuvo el modelo en cuatro movimientos para sus
sinfonías, y su lenguaje musical, en especial su lenguaje armónico, era
sustancialmente el mismo que los de Haydn y Mozart. Pero Beethoven expandió la
forma y la expresión sinfónica de innumerables maneras, y en la sinfonía, igual
que en otras formas musicales, cimentó el camino desde la era Clásica hacia el
Romanticismo.
Escribió sinfonías más extensas, con introducciones
lentas, expandidas en algunos casos, ampliando en gran medida las secciones de
desarrollo y codas.
Escribió sinfonías más grandes, más poderosas, intensas,
dramáticas, para orquestas más grandes y potentes.
También reemplazó el minuet de la sinfonía clásica, con
el scherzo, más rápido, más dinámico, y en el último movimiento de su Novena
Sinfonía da el notable paso de aumentar la orquesta con voces solistas y coros.
Es innegable la grandeza de Haydn y Mozart, pero como
sinfonista Beethoven creó un corpus que no tiene comparación. Hasta nuestros
días, sus sinfonías siendo obras monumentales, el estándar contra el que se
comparan todas las otras sinfonías.
Haydn y Mozart escribieron muchas más sinfonías que
Beethoven, en conjunto, pero muchas de sus primeras obras son bastante ligeras,
y sólo unas quince de las sinfonías de Haydn y diez de Mozart se interpretan
con regularidad. De las nueve sinfonías de Beethoven, todas se tocan
frecuentemente, y son obras maravillosas y sustanciales. Por lo menos cuatro
(la Tercera, la Quinta, la Séptima y la Novena) son consideradas, por
unanimidad, las más grandes obras maestras de la música occidental, y una (la
Quinta) es probablemente la pieza más famosa en la historia de la música
clásica.
¿Qué sucedió en el Romanticismo?
Desde la muerte de Johann Sebastián Bach (1750) y hasta el comienzo del siglo
XIX, los compositores crearon sus obras con base en melodías ordenadas con claridad
y en concordancia con reglas armónicas, cuyo axioma principal era a su vez, la
claridad accesible al oído del espectador. Fue éste el periodo del clasicismo. El
oído escuchaba melodías comprensibles acompañadas por amables armonías constituidas
por acordes que estaban, por tanto, en consonancia con la melodía principal.
El compositor se aseguraba cuáles eran los acordes que mejor sonarían
con el discurso musical. Por eso, la música poseía unas reglas muy bien
definidas. No obstante, de vez en cuando el compositor desplegaba un osado
trazo en su partitura: utilizaba la modulación -el cambio de un tono a otro-
para crear una tensión, un drama tonal; pero incluso la modulación se utilizaba
siguiendo unas reglas pre establecidas.
Pero con la llegada del siglo XIX, el
arribo de la revolución francesa, no sólo tambaleó el viejo orden social, sino
también el arte respondió a las nuevas inquietudes. Para muchos, Ludwig van
Beethoven (1770-1827) es la culminación de la escuela clásica. Su lucha por
romper los moldes constituye la puerta al Romanticismo.
Beethoven expresa esta inconformidad con las reglas del pasado por medio
de una disonancia: un acorde que no se ciñe a las reglas del clasicismo, pues
la disonancia expresa la falta de conformidad con la melodía a la que acompaña,
y aún más, la melodía embravecida no se ajusta tampoco a la regla de claridad
que de ella exigía el clasicismo.
Para el clasicismo, la disonancia era un “sonido desagradable” y así la
define la Academia de la lengua.
Probablemente Beethoven se aparta del clasicismo ya en sus Sonatas para Piano,
algunas de ellas claramente de formulación romántica como su maravillosa Appasionata; y entre su sinfonías, La Novena Coral, que incluye la “Oda a
la Alegría” de su compatriota Schiller también se inscriben claramente en el
Romanticismo.
Ha sido reconocido tanto por sus principios clásicos como por su
libertad de expresión, por esto se le denomina como “El Último de Los Clásicos
y el Primero de Los Románticos”.
Después de la revolución los músicos ya no estaban al servicio de los
nobles o de las administraciones; ya eran independientes, por lo que no tienen
que solicitar permisos a sus señores para aceptar encargos, como era corriente
entre los músicos anteriores a Beethoven.
El declive en la productividad y el aumento de la conciencia de sí
mismo, alejan a Beethoven de Haydn y de Mozart. Los caminos a seguir de Beethoven
son el concierto público, la edición de música instrumental y la enseñanza.
Ésta última trae a muchos músicos prosperidad y bienestar, pues el aprendizaje
de la música, en especial de un instrumento se hace casi obligatorio en la
sociedad; de ahí que este hecho puede explicar el auge del piano. La evolución técnica
de este instrumento permitirá una nueva sonoridad y su fácil aceptación como
instrumento doméstico es una inagotable fuente de ingresos para muchos músicos.
Es la transición al Romanticismo.
Para muchos historiadores este período es de la música la época más importante,
por la enorme cantidad de músicos que surgen bajo su escuela. Se ubica desde
1815 hasta aproximadamente 1880, aunque en muchos lugares continuará hasta
avanzado el siglo XX.
El Romanticismo está ligado a la situación político-social existente en
Europa para la época enmarcada entre el estallido de la Toma de la Bastilla
(1789) y la caída final de Napoleón (1815). La música va a surgir como forma de
expresión de todos los sentimientos del hombre. La música abandona el orden y
uniformidad del clasicismo por el predominio de las emociones y de los
sentimientos. Uno de los objetivos del Romanticismo fue precisamente el de
acercarse a las expresiones populares. El Romanticismo Musical se nutre de
estas ideas e incorpora a la Música la noción de expresividad entendida como
factor consubstancial de la confidencia que el compositor nos hace a través de
su creación, para integrarnos a su problemática ideológica o sentimental
Cualidades
de la música romántica
1. Predominio de la música instrumental sobre la vocal.
2. La música se convierte en un lenguaje libre y expresión de la fantasía y sentimientos propios, sin servir a ningún tipo de intereses o mercados.
3. La melodía sigue siendo considerada como parte esencial de la música aunque se la explotará mucho más que en el Clasicismo, con tratamientos armónicos muy complicados; el punto de inspiración para esta melodía sigue siendo la música folk.
4. Rítmicamente, la música romántica no es muy rica, hasta llegar el nacionalismo que veremos más adelante. Se usan, sobre todo, tonos menores. La armonía es muy rica, con cambios enormemente complicados. Tienden a caer las formas demasiado racionales y concretas o se transforman por completo, tal es el caso de la Sonata o de la Sinfonía que se transforma en Poema Sinfónico.
5. Surgen nuevos géneros: nocturno, impromptu, intermezzo, elegía, rapsodia, barcarola, balada y preludio (son diminutos). Son un medio apropiado para la expresión del lirismo y el sentimiento romántico. Dice Einstein que una delas peculiaridades del hombre romántico es el gusto por la miniatura, que implicaba la relajación de las grandes formas como la sonata.
6. La música se convertirá en el lenguaje de todas las clases sociales, va a cultivarse en todos los hogares europeos. Con el Romanticismo el músico se sentirá completamente libre para componer según sus necesidades expresivas. El Romanticismo contó también con un componente muy importante: desde finales del siglo XVIII y durante la primera mitad del siglo XIX, como consecuencia de la Revolución Industrial, tiene lugar un intenso movimiento de creación, producción y difusión de numerosos instrumentos musicales y, la modificación y renovación de muchos otros que ya existían. Efectivamente, se produce el desarrollo y perfeccionamiento de los mecanismos de llaves, pistones, así como la introducción de nuevos y mejores materiales para la producción de instrumentos musicales en serie. De la misma manera, el incremento creciente de las ediciones, trascripciones y publicaciones de partituras de muchos compositores, contribuyen a la popularización de multitud de obras, incluidas las óperas, lo que hace que numerosos públicos conozcan y se acerquen al hecho musical que les había sido inaccesible hasta el momento. Otra característica del período romántico lo constituye el virtuosismo que determinó la aparición de obras, a menudo escritas por ejecutantes eximios del instrumento solista como Nicolò Paganini con el violín en sus famosos y dificilísimos Conciertos, el piano en el Concierto para la Mano Izquierda de Maurice Ravel, y también en las Rapsodias Húngaras de Franz Liszt, entre otras.
La Sinfonía Romántica
Su estructura es muy próxima a la sonata; muchos la consideran como una gran sonata para orquesta. Sigue el esquema en cuatro movimientos que fijara Haydn al añadir un minueto.
La sinfonía desarrollada por Beethoven –y posteriormente sus seguidores-alcanza una popularidad impresionante. Beethoven cambió el minueto por un scherzo a partir de su segunda sinfonía, pues se adaptaba más a sus intenciones improvisadoras y sus juegos melódicos e instrumentales; introduce también una estructuración más libre, con sinfonías de cinco movimientos, como La Pastoral o con cambio en la sucesión de estos. Su gran innovación ocurre en su novena Sinfonía con la aparición de solistas y coro de voces. Prácticamente todos los músicos de este período siguen la huella de Beethoven y van a expresarse con esta forma musical. Gustav Mahler solía decir“Para mí, componer una sinfonía equivale a un acto de creación del mundo”.
Franz Schubert (1797-1828), uno de los músicos más inspirados del Romanticismo, va a realizar ocho Sinfonías, aunque la última queda inconclusa.
Félix Mendelssohn (1809-1847) compone cinco sinfonías, caracterizadas por su mesura, construcción clasicista y su simetría, pero con claros caracteres románticos como el color melódico.
Robert Schumann (1810-1856), gran genio del romanticismo alemán, compone cuatro Sinfonías que siguen el esquema de Beethoven, con una gran riqueza rítmica.
Johannes Brahms (1833-1897), -del Romanticismo tardío- restaura en sus cuatro sinfonías la perfección beethoviana,renueva enormemente el lenguaje armónico y rítmico.
Anton Bruckner (1824-1896) nacido en Rusia, compone nueve sinfonías, influido por Beethoven y Schubert y en algunas de ellas por Wagner, sobre todo en aspectos de instrumentación y en ciertos recursos armónicos.
En proceso (Hoy, 28 de junio del 2012)
Un pequeño detalle: Bruckner nació en Austria, no en Rusia
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Gracias por tu aporte.
ResponderEliminarUn tremendo trabajo, muchas Bendiciones
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